Nazarenos de Timor Oriental responden a inundaciones catastróficas
El fin de semana del Día de Resurrección, la nación insular de Timor-Leste (también conocida como Timor Oriental) experimentó fuertes lluvias que provocaron inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra históricos en todo el país. Afectó gravemente a la ciudad capital de Dili, donde las calles se convirtieron en arroyos y las inundaciones sumergieron manzanas enteras, negocios y barrios.
Más de 30,000 hogares se vieron afectados, 15,800 personas fueron desplazadas y 41 perdieron la vida. Se destruyeron cultivos y almacenes de alimentos, lo que generó inseguridad alimentaria y dificultades económicas para muchas familias. Como país en desarrollo que también lucha contra los casos de COVID-19, este tipo de desastre solo generó una mayor necesidad y ansiedad. Pero fueron exactamente estas necesidades las que los nazarenos de Timor-Leste dieron un paso al frente para responder.
Sam Soares, pastor de la Iglesia del Nazareno de Dili, reunió a su congregación para satisfacer las necesidades de sus vecinos. Después de evaluar las necesidades de la congregación y los vecindarios circundantes, la iglesia comenzó a reunir sus recursos.
La respuesta inicial de la iglesia fue proporcionar comidas calientes a más de 150 familias desplazadas. Luego, se pusieron a trabajar limpiando lodo y escombros de las casas, patios y calles vecinos. También comenzaron a armar y entregar paquetes de atención que contenían arroz, aceite, productos no perecederos y artículos de limpieza.
A medida que la iglesia continúa respondiendo a las necesidades que los rodean utilizando sus propios recursos, las donaciones comenzaron a llegar de otras organizaciones e individuos. El pastor Sam y los nazarenos en Dili han distribuido más de 200 paquetes de atención a familias y 25 estudiantes universitarios en cinco vecindarios. Esto también les permitió satisfacer las necesidades espirituales y emocionales de sus vecinos orando, aconsejándolos y alentándolos durante este momento difícil.
“Estoy agradecido con Dios por haber tenido la oportunidad de ayudar a las personas a experimentar el amor de Dios”, dijo Soares. “Gracias a nuestro equipo por trabajar tan duro y tomar riesgos, y gracias también a aquellos que dedicaron tiempo a orar por Timor-Leste y contribuir a los esfuerzos de socorro. Realmente lo aprecio".