Mujer en California usa su pasado doloroso para atraer a otros a Cristo
La parábola de la mujer en el pozo a menudo se usa como un ejemplo de cómo Dios obra a través de alguien que otros han considerado insignificante. Para Ally Fletcher, el pasaje de Juan 4 es más que una parábola: es la historia de su vida.
Los primeros años de vida de Ally Fletcher estuvieron llenos de adicción a las drogas, abuso de alcohol, falta de vivienda y abandono. Después de estar sumergida en el mundo de la adicción a las drogas por más de 20 años, esencialmente había abandonado a su hijo, Josh. Cuatro años después, durante su mayor momento de necesidad, ella se acercó a él.
Ally había sido secuestrada por su esposo, Jimmy, quien a menudo la maltrataba. Después de marcar el 911 y ser rescatados por la policía, los oficiales preguntaron si había alguien a quien podrían llamar.
"Había cortado todas las líneas de comunicación como generalmente lo hace un adicto", dijo Fletcher. “El único número de teléfono que sabía era el de mi hijo. Entonces, pedí que llamaran a mi hijo y él vino a recogerme y me dijo: 'Mamá, te daré una última oportunidad, pero tienes que ir a la iglesia' ".
Josh se había incorporado a Connecting Point Church of the Nazarene en Denair, California, en los años que habían transcurrido desde la última vez que había visto a su madre, y había estado orando por su salvación.
Pocos días después del incidente, cuando marcaba la medianoche, en medio de un ataque de pánico alimentado por la ansiedad a causa del secuestro, la nuera de Ally le dijo que hiciera una cadena de papel representando todas las cosas que le estaban causando dolor y agravio.
"Empecé a romper pedazos de papel e hice esta cadena que tenía drogas, alcohol, miedo, ira [escritos en ella]", dijo. "Lo coloqué sobre mí y comencé a llorar y dije: 'Jesús, si eres real, ya no aguanto más'. Cuando me puse la cadena por primera vez, pude sentir su peso. Luego me quité la cadena y todo se convirtió en luz; ya no era más".
Después de experimentar alivio y libertad en Cristo al entregarle su vida a Él, su único deseo era contarles a los demás lo que Dios había hecho por ella, incluido a su esposo quien la había secuestrado y maltratado.
"La esposa [del pastor] me dijo: 'Jesús también murió por Jimmy'", dijo Fletcher. “Realmente sentí que había escuchado a Dios decir, 'Ese es tu esposo'. Así que incluso después de la orden de restricción y el secuestro y que todo esto sucediera, llamé y dije: 'Tengo que mostrarte el nuevo yo'".
Ally y Jimmy están felizmente casados y todos los jueves participan como voluntarios en Connecting Point Outreach (CPO), un ministerio de la iglesia que sirve a las personas sin hogar en su comunidad con duchas, instalaciones de lavandería, comida y el mensaje de la palabra de Dios.
El ministerio y su testimonio la han ayudado a guiar a varias personas a Cristo.
"Sentí que es realmente importante que alguien quien ya pasado por esto camine junto a estas personas que actualmente lo están experimentando", dijo Fletcher. “[Ellos] dicen, 'no sabes lo que me ha tocado pasar'. Y yo les digo algo como, 'déjame decirte por lo que me ha tocado pasar a mí'".
Fletcher todavía está sorprendido de que Dios la haya escogido y continúe usándola para alcanzar a otros.
"Si miras en la Biblia, Él usó todo tipo de personas que no estaban 'calificadas'", dijo Fletcher. "La mujer en el pozo –Jesús sabía de ella– y de la misma manera, sé que Jesús sabe de mí; y lo único que deseo es compartir con los demás".