Cuando estalló la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020, los cristianos de todo el mundo lamentaron el no poder tener reuniones en persona. Rosemary Lightner lo vio como una oportunidad para asistir a un servicio religioso completo por primera vez.

Lightner ha estado postrada en cama desde 2013 debido a una lesión. Vive en San Diego, California, con su hija, quien es su cuidadora. Lightner se encontró experimentando la soledad con más frecuencia pero Dios seguía buscándola.

Sintió que Dios le decía que usara sus habilidades de codificación, por lo que comenzó a buscar un trabajo en el mercado independiente. Lightner encontró una publicación de un hombre en West Chester, Pensilvania, llamado Jacob que cautivó su atención.

“Casi no lo contactaba porque decía, 'No se aceptan palabras soeces'”, dijo Lightner. "Pensé, 'Oh, eso ha de ser cristiano'".

Decidió hablar con él a pesar de sus reservas, iniciando una amistad que la llevó a Cristo. Jacob la discipuló y ella se fue convirtiendo en una cristiana fuerte y en lo que ella llama un "vaso de oración".

Rosemary aceptó a Cristo en 2014, y pasó sus primeros años de cristianismo escuchando a Dios y leyendo tanto como le era posible. Debido a su lesión, no pudo asistir a la iglesia en persona.

“Solía ver sermones en línea, pero antes de COVID, todo a lo que tenía acceso era a los sermones”, dijo Lightner. “Cuando comenzaban los sermones, [el pastor] decía 'Wow, esa música que acabamos de escuchar fue realmente fue conmovedora', y comenzaba el sermón, pero no podía escuchar la música”.

Pero cuando comenzó la pandemia la iglesia de Jacob, West Chester Church of the Nazarene, trasladó sus servicios en línea. Jacob la invitó a que se uniera al servicio en línea.

“Cuando se desató el COVID, las iglesias comenzaron a ofrecer servicios completos en línea, y la gente decía 'Lo sentimos que solo podemos reunirnos en línea', pero yo estaba emocionada”, dijo Lightner. “[Los servicios completos en línea] es lo más maravilloso que me ha pasado. Puedo participar en todo el servicio de la iglesia, escuchar la música y tomar la santa cena. La primera vez que tomé santa cena fue en un servicio de West Chester".

Mientras más comenzaba a sintonizar los servicios en línea de la congregación West Chester, le preguntó al pastor principal Owen White si podía ayudarla a bautizarse. Ella le había planteado el tema en el pasado a varios pastores de otras denominaciones en el área de San Diego, quienes la ignoraron o simplemente la dejaron de contactar después de las conversaciones iniciales.

White no estaba seguro de cómo cumplir su deseo, por lo que lo publicó en un grupo de Facebook para pastores.

“Les presenté ese caso en específico”, dijo White. "Les pregunté: 'Si tuvieras un miembro que solamente se conecta al servicio de adoración virtual y fueras un pastor que se encuentra en Pensilvania y este miembro se está congregando virtualmente desde San Diego, California, y quiere ser bautizado, ¿qué harías?"

Algunos le recomendaron a White tomar un avión para bautizarla en persona, pero la idea de subirse a un avión y cruzar el país no le parecía segura en medio de la pandemia. Fue entonces cuando Jon Twitchell, un ministro nazareno que vivía a unos 45 minutos al norte de Rosemary, se ofreció a ayudar a realizar el bautismo en persona y transmitirlo a través de Zoom en el servicio de la iglesia en West Chester.

El 25 de febrero de 2021, Rosemary se bautizó después de una espera de siete años.

“Este fue un bautismo en agua tangible”, dijo Twitchell. “Esto incluyó una imposición de manos, una oración y verter agua. Y a la vez, se estaba llevando a cabo en este mundo virtual donde su familia podía unirse desde diferentes lugares. Su familia de la iglesia tenía la capacidad de participar. Allí estaba su hija, presente en el parque. Mi esposa me acompañó, y fue la oportunidad de ser mostrarnos como el cuerpo de Cristo de una manera muy tangible en un mundo que ha sido difícil de ser tangible durante el último año".

Rosemary continúa asistiendo a los servicios en línea de West Chester, da el diezmo a la iglesia e incluso está en proceso de convertirse en miembro.

"Estoy conectada con esa iglesia", dijo Lightner. “Estoy conectada con esas personas. Me aceptan como alguien que ora por ellos. A veces estamos en una reunión en línea y algunos de los miembros de la iglesia me envían mensajes en privado y me piden oración. Eso es lo más hermoso porque le he pedido a Dios un propósito. Estoy confinada en casa, ¿y qué otro propósito podría darme Dios que la oración? Él me dio un propósito".