Jay Hartzler, un maestro jubilado que se mudó con su esposa a Rumania como misionero voluntario, ha convertido su antiguo pasatiempo de elaborar proyectos de carpintería personalizados en una fuente de empleo para personas de una aldea rumana donde el trabajo es difícil de conseguir.

Hartzler se involucró cuando Magda Cini, pastora de Tigmandru Church of the Nazarene, mencionó que habían soñado con comenzar una carpintería durante años. Después de un año de estudio de idiomas y de conocer la iglesia, Jay y su esposa, Sheri, comenzaron a planear la apertura de una tienda en el pueblo.

La iglesia de Tigmandru estableció una organización sin fines de lucro llamada Ateliere Nazarineanului o Talleres Nazarenos para que pudieran contratar personas y vender artículos afuera del contexto de la iglesia. A través de Ateliere Nazarineanului, pudieron ayudar a fomentar las habilidades laborales e ingresos a los hombres de la aldea. Tigmandru es un pequeño pueblo que actualmente tiene escasez de empleo. La formación profesional práctica es una prioridad para la iglesia, ya sea a través de la costura, la agricultura o ahora la carpintería. A Cini le apasiona involucrar a la comunidad y satisfacer sus necesidades físicas y espirituales.

Jay supervisa el liderazgo de la empresa mediante el mercadeo, la elaboración de planes, la enseñanza y la supervisión del trabajo. Ha tenido éxito en los negocios además de conectarse con la gente. Después de entablar una amistad con un guía turístico en la cercana ciudad de Sighisoara, Jay invitó al guía turístico a las casas de los clientes para hacer presentaciones y ayudar con las traducciones cuando fuera necesario. Muchas veces, se necesitaron varios viajes antes de realizar el pedido. Las reuniones a menudo incluían comidas, bebidas, conversación, a veces en dos o tres idiomas diferentes, y una oportunidad para compartir el evangelio. De esta manera, el ministerio se hace tanto en la fabricación de muebles como en su venta.

“Estamos agradecidos con Dios no solo por los pedidos de muebles, sino también por las amistades que se han formado entre los trabajadores y entre Jay y los clientes”, dijeron los Hartzler. "Estamos agradecidos por la seguridad, por la capacidad de enseñar y aprender nuevas habilidades, y por la oportunidad que esta tienda ha sido de ser una luz en la comunidad".

El taller comenzó en 2015 con tres hombres de la comunidad y evolucionó rápidamente desde la fabricación de estructuras de almacenamiento básicas hasta muebles personalizados, incluido el equipamiento de un nuevo AirBnb en Sighisoara, y la restauración de piezas tradicionales. El inicio del proceso no fue fácil; aunque tenían una ubicación para la tienda en la parte posterior de la iglesia, tuvieron que repararla y renovarla. Parte de la construcción inicial del edificio se hizo a mano y con un caballo y un carro.

Jay y Sheri llegaron a Rumania en 2013 para un año de trabajo como voluntarios de Ministerios Nazarenos de Compasión y han permanecido ahí desde entonces. Además de su trabajo en la carpintería, también dirigen coros en la comunidad, ayudan con la música en Sighisoara y Tigmandru, y ayudan a dirigir un club infantil en Tigmandru.