El ministerio House of Mercy está ubicado en un pequeño pueblo en las afueras de Odesa, Ucrania. Está dirigido por el pastor Nabil Babbisi y cuenta con el apoyo de la Iglesia del Nazareno de Odesa. Este ministerio se ha convertido en un faro de luz para más de 40 personas desplazadas internamente debido a la guerra o que necesitan servicios de rehabilitación.

House of Mercy (Casa de la Misericordia) es un hogar donde los hombres encuentran refugio para recuperarse de la adicción, un lugar seguro para vivir y un camino hacia la reconstrucción de sus vidas. Los hombres que viven en la casa participan activamente en la iglesia local, sirviendo, aprendiendo y creciendo en Cristo.

Entre aquellos cuyas vidas han sido transformadas por House of Mercy se encuentra Vladimir, quien una vez estuvo atrapado en las garras de la adicción durante 21 largos años. Hoy, Vladimir es un testimonio del poder de la redención, habiendo encontrado apoyo dentro de las paredes de esta pequeña casa. Ahora dedica su vida a servir a los demás, extendiendo la misma compasión y comprensión que lo ayudaron a encontrar su camino hacia la recuperación.

A pesar de los desafíos de espacio y recursos limitados, el espíritu de generosidad y compasión es evidente en todo lo que hacen los partidarios del ministerio en la Casa de la Misericordia.

“Aunque la casa está muy llena, nos encontramos con personas en las calles todos los días que necesitan ayuda”, explicó Vladimir. “Queremos que todos se salven”.

El compromiso inquebrantable de este ministerio de llegar a quienes se encuentran en los rincones más oscuros de la sociedad subraya su misión.

La pasión que guía a Vladimir encuentra su fuente en la gracia y la transformación que ofrece Jesús. 

“No se trata solo de brindar refugio temporal o rehabilitación; se trata de empoderar a las personas para que recuperen sus vidas”, dijo. “La Casa de la Misericordia no es solo una casa; es un entorno enriquecedor donde se plantan y cultivan semillas de esperanza, fomentando el crecimiento y la transformación personal”.

El pastor Nabil explicó el recorrido del ministerio, particularmente a raíz de la guerra que ha devastado Ucrania durante más de dos años. A medida que el conflicto se intensificó, muchas familias se vieron desplazadas, sus vidas desarraigadas por la violencia y la incertidumbre. A pesar de este caos, la Casa de la Misericordia surgió como un santuario, ofreciendo refugio y un sentido de pertenencia y propósito.

“Teníamos la Casa de la Misericordia y camas disponibles”, relata el pastor Nabil. “Así que comenzamos a albergar a tantas familias como pudimos”.

Mientras la guerra continúa, el ministerio sigue sirviendo a los desplazados internos ucranianos reuniéndolos una vez a la semana y cocinando para cualquiera que necesite comida en la comunidad. Luego, el grupo va más allá de los muros de la iglesia y la casa para servir comida en tres lugares en toda la ciudad.

Es un testimonio de la resiliencia y la compasión del espíritu humano, convirtiendo la adversidad en una oportunidad para extender una mano amiga a los necesitados. Pero el trabajo no termina allí. El pastor Nabil y su equipo están trabajando incansablemente para expandir las instalaciones. Están construyendo más habitaciones y creando espacio adicional para acomodar al creciente número de personas que buscan refugio y rehabilitación.

La Casa de la Misericordia es más que una estructura física; Simboliza la esperanza y la resiliencia frente a la adversidad. Es un testimonio del poder de la comunidad y la compasión. En un mundo a menudo marcado por la división y la desesperación, la Casa de la Misericordia brilla con fuerza como un faro de luz que guía a los perdidos y a los quebrantados hacia un mañana más brillante.

Esta historia apareció originalmente en la edición 2024 de la revista NCM, que se publicó a fines de 2024. Para ver el original, haga clic aquí.